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Cómo evitar y tratar los pezones agrietados durante la lactancia

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MARINA DE LAS PARRAS
Cómo evitar y tratar los pezones agrietados durante la lactancia

La lactancia materna es un momento muy especial tanto para la madre como para el bebé. La leche materna proporciona beneficios invaluables para el bebé, mientras que el acto de amamantar ayuda a fortalecer el vínculo afectivo entre la madre y su bebé. Sin embargo, la lactancia puede presentar desafíos, especialmente al inicio, incluyendo dolor y pezones agrietados. 

Los pezones agrietados son heridas que pueden surgir debido a la fricción o un mal agarre del bebé al pecho. Esta condición puede causar dolor intenso e incluso sangrado, lo que puede llevar a infecciones si no se trata adecuadamente. 

Es importante conocer las causas, el tratamiento y las medidas preventivas para lograr mantener una lactancia exitosa y placentera. 

Causas de los pezones agrietados

Mal agarre del bebé: esta es la causa más común de pezones agrietados. Un agarre incorrecto del bebé al pecho puede provocar una fricción innecesaria entre el pezón y la boca del bebé. Esto ocurre cuando el bebé no toma suficiente parte de la areola junto con el pezón, lo que puede causar dolor y formar grietas. Un agarre correcto implica que el bebé cubra gran parte de la areola con su boca y mantenga los labios bien abiertos durante la succión. 

Frenillo sublingual: un frenillo sublingual corto puede impedir que el bebé tenga una movilidad adecuada de la lengua, lo que dificulta un agarre correcto del pecho. Esto puede llevar a una succión ineficiente, que causa fricción en los pezones y puede provocar grietas. Si se sospecha que el bebé tiene un frenillo sublingual corto, es importante buscar asesoramiento médico para determinar si se requiere una intervención. 

Postura inadecuada: una postura incorrecta durante la lactancia puede generar tensión y fricción en los pezones. Si el cuerpo del bebé no está alineado con el de la madre, o si la cabeza del bebé no está correctamente posicionada, puede tener dificultades para succionar de manera adecuada. 

Uso de chupetes o biberones: introducir chupetes o biberones antes de que la lactancia esté bien instaurada puede provocar confusión en el bebé, especialmente en términos de cómo succionar correctamente. Esto puede afectar su capacidad para amamantar de manera eficaz, lo que a su vez puede llevar a un mal agarre y, en consecuencia, a pezones agrietados. Además, el uso de estos elementos puede interferir con la producción de leche y el vínculo entre la madre y el bebé durante la lactancia. Por lo tanto, es recomendable retrasar su introducción hasta que la lactancia esté instaurada. 

Tratamiento de los pezones agrietados

Los pezones agrietados durante la lactancia pueden causar dolor e incomodidad, pero existen diversos tratamientos que pueden aliviar el malestar y facilitar su curación mientras se continúa amamantando.

Mejora del agarre: es fundamental asegurar que el bebé tenga un buen agarre al pecho para reducir la fricción y evitar las grietas. El bebé debe cubrir gran parte de la areola con la boca, con los labios bien abiertos y formando un sello alrededor del pezón. Si no logramos un agarre correcto, es aconsejable consultar con nuestro médico para obtener orientación. 

Alternar el pecho: si un pecho está más lesionado que el otro, es aconsejable comenzar la lactancia con el pecho menos dañado. Esto puede disminuir la sensación de malestar, ya que el bebé succionará con mayor avidez el pecho menos lesionado. 

Limpieza y cuidado del pezón: mantener los pezones limpios y secos es la clave para prevenir infecciones. Después de amamantar, se recomienda lavar suavemente los pezones con agua tibia y secarlos cuidadosamente con una toalla limpia o una gasa. Evita el uso de jabones fuertes o productos químicos, ya que pueden irritar la piel y empeorar las grietas. 

Uso de conchas de lactancia: son dispositivos que se colocan sobre los pezones para permitir la circulación de aire y mantenerlos secos. Esto facilita la cicatrización al evitar la acumulación de humedad y fricción.

Aplicación de lanolina: usar una pomada con base de lanolina puede ayudar a mitigar los efectos de las lesiones. 

Consultar con un profesional de la salud: si el dolor persiste o no hay mejora, es importante consultar con el médico. Para algunas madres, el dolor puede ser muy intenso, por lo que se puede recomendar el uso de analgésicos seguros para la lactancia materna, pero siempre bajo prescripción médica. 

Debes saber que a pesar de los desafíos que puedan surgir durante la lactancia, es posible superar los problemas con el apoyo adecuado y la información correcta. La atención temprana a estos problemas puede ayudarte a disfrutar de una lactancia saludable y satisfactoria tanto para ti como para tu bebé. 

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