Uno de los aspectos clave para asegurar un embarazo saludable es comprender la relación que existe entre las vacunas y la gestación. Y es que las vacunas no sólo nos van a permitir protegerlos cuando nazcan, si no que podemos empezar a hacerlo cuando son solo un proyecto.
Dada su importancia, en este artículo queremos resolver las principales dudas que existen en torno al embarazo y la vacunación.
Sí, las vacunas son seguras y eficaces.
En primer lugar, porque el proceso de desarrollo y de aprobación de las vacunas es riguroso y cumple con protocolos de verificación muy estrictos.
Además, una vez en el mercado las vacunas continúan siendo vigiladas a través de servicios de farmacovigilancia que garantizan los estándares de seguridad y eficacia. Por tanto, todas las vacunas recomendadas durante el embarazo son seguras y eficaces.
Si estás buscando quedarte embarazada, es muy recomendable que realices una consulta preconcepcional. El objetivo de esta consulta es evaluar si tu calendario de vacunación está al día y comprobar si es necesario administrar las vacunas de la triple vírica (sarampión, rubéola y parotiditis) y la varicela. Estas últimas vacunas únicamente serían necesarias en caso de no haber pasado esas enfermedades o no haberse vacunado previamente.
Si cumplimos con estos requisitos debemos vacunarnos y será recomendable evitar el embarazo durante las cuatro semanas posteriores a la administración de las vacunas.
Son tres las vacunas recomendadas durante el embarazo. En primer lugar, la vacunación frente a la gripe y COVID-19, ya que no solo va a prevenir la infección y la mortalidad de la madre, si no también la del feto.
Por otro lado, la vacuna de la tosferina, la cual se debe administrar una dosis por cada embarazo. El momento idóneo es entre la semana 27 y 28 de gestación. Esta vacuna va a prevenir la tosferina en los recién nacidos, ya que al proteger a la madre estamos traspasando los anticuerpos necesarios al recién nacido hasta que inicie su calendario de vacunación.
La lactancia materna también puede ser un buen momento para poner al día el calendario de vacunación si no se hizo durante la consulta preconcepcional.
La única vacuna potencialmente contraindicada es la de la fiebre amarilla ya que se ha demostrado que se excreta en la leche materna.
En ciertas situaciones, habitualmente relacionadas con viajes o situaciones laborales específicas, puede ser necesario administrar las vacunas de la hepatitis A, hepatitis B, polio, fiebre tifoidea, rabia, encefalitis japonesa y encefalitis centroeuropea.
En estos casos se recomienda consultar con el Centro de Vacunación Internacional para recibir recomendaciones personalizadas que se ajusten a las circunstancias de cada embarazada.
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