
El nacimiento de un hijo supone un gran impacto en la vida de toda persona y, sin embargo, en la mayoría de ocasiones nos centramos en afrontarlo a nivel físico y relegamos la parte emocional a un segundo plano.
Por ello, queremos hablaros del parto, de los miedos y de las expectativas que surgen en torno a él.
El embarazo es un periodo especialmente sensible en donde se van a experimentar multitud de sentimientos, muchos de ellos contradictorios y algunos al mismo tiempo y con la misma intensidad.
Durante el primer trimestre surgen miedos respecto a si el bebé estará bien, pero es sobre todo durante el tercer trimestre cuando surgirán miedos que pueden estar asociados a nuestras propias expectativas o comparaciones con otras mujeres. En otras ocasiones se pueden experimentar momentos de profunda tristeza y sin embargo no estar asociados a ninguna razón en concreto.
En el momento del parto, pasamos de repente de un proceso lento y progresivo como es el embarazo a uno brusco y repentino. Además, queremos que todo salga perfecto, poder hacerlo bien, rápido, sin quejas ... pero en la mayoría de los casos esto no es así y se percibe como un fracaso. Además, en el caso de las mujeres cuyo parto no puede realizarse por vía vaginal, este sentimiento muchas veces se incrementa y sienten que de alguna manera su cuerpo no ha estado a la altura.
Por ello, es muy importante poder hablarlo, desahogarse y expresar cómo estamos ya que nos va a facilitar adaptarnos mejor al proceso y aceptar que cada mujer y embarazo son únicos y personales.
Tras el parto el cuerpo de la mujer segrega un cóctel de hormonas que favorece la vinculación de la madre y el bebé. El contacto piel con piel va a favorecer también este vínculo, pero además ayuda a regular la temperatura, la frecuencia cardíaca, la respiración e incluso favorecerá las conexiones neuronales del cerebro del bebé.
Algunas mujeres, a pesar de sentirse felices por la llegada del bebé, tienen también momentos en los que se sienten tristes o incluso decepcionadas, pues en muchas ocasiones ni la realidad ni el bebé coinciden con lo que habían imaginado. Una vez más se trata de un proceso, de algo progresivo, en el que debéis daros tiempo para adaptaros mutuamente a los ritmos de cada uno. Cada bebé y cada mamá necesita un tiempo para conocerse.
Además, nos damos cuenta de que, si bien ya no estamos embarazadas, tampoco somos la mujer que éramos antes. Sin embargo, debemos saber que es algo común en la mayoría de mujeres y que progresivamente volveremos a reconocernos y a encontrar la manera de integrar la nueva faceta de “madre” con la mujer que siempre fuimos.
No os extrañéis si muchas de vosotras os sentís desbordadas o cansadas, y al mismo tiempo decís que es la etapa más maravillosa de vuestra vida. Al fin y al cabo, la maternidad es la mayor contradicción de la vida.
En BEMOMSTAR queremos que te sientas acompañada y entendida, porque todas las dudas y temores que te surjan durante el embarazo son completamente normales. Por ello, te recomendamos nuestra clase "Preparación emocional para el parto" del Curso de Preparación a la Maternidad donde Arantxa nos explica en profundidad los sentimientos y emociones que pueden surgirnos durante esta etapa y cómo podemos gestionarlo.