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Lactancia artificial: guía completa para padres

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DR. JOSÉ MANUEL MORENO
foto lactancia artificial biberón bebé

La lactancia artificial, también conocida como alimentación con fórmula, desempeña un papel fundamental en la crianza de muchos bebés. Ya sea por elección personal o por necesidad, miles de familias confían en las fórmulas infantiles como una alternativa útil a la lactancia materna.

No obstante, es comprensible que algunos padres tengan ciertas dudas a la hora de recurrir a los biberones de fórmula y por esta razón, queremos contaros todo lo que debéis saber en relación a la lactancia artificial. 

¿Cuál es la composición de las fórmulas infantiles?

La base de estos preparados se compone de leche de vaca o leche de cabra y modificada para simular la composición de la leche materna. Además, los avances tecnológicos han permitido incorporar nutrientes bioactivos como ácidos grasos omega 3, oligosacáridos y probióticos. Por ello, a la hora de decantarnos por las distintas marcas es recomendable garantizar la presencia de estos nutrientes. 

Cabe destacar que todas las fórmulas infantiles presentes en el mercado son seguras y están reguladas, garantizando un crecimiento y desarrollo adecuados.

¿Cuál es la cantidad de leche necesaria para un recién nacido?

La cantidad y frecuencia de la alimentación varían en función de la edad del bebé. Por ejemplo, un bebé de una semana de edad necesitará consumir aproximadamente 60-90 mililitros de leche cada 3 horas. Mientras que un bebé de 5 meses tomará en torno a 180-210 mililitros en 4 o 5 tomas. Pero recordad que, salvo en las primeras semanas de vida, un bebe sano es capaz de regular la cantidad de leche que necesita. Por eso, las cifras anteriores son sólo orientativas.

Es importante recordar que de forma habitual, los bebés deberán ser alimentados exclusivamente con lactancia materna o artificial durante los primeros 5 o 6 meses, a excepción de consejo médico distinto que sugiera introducir otros alimentos a partir del cuarto mes.. 

¿Cómo se prepara una fórmula infantil?

En España, la mayoría de las fórmulas infantiles son productos en polvo que se reconstituyen con agua. 

Independientemente de la marca, la forma y medida de la reconstitución es siempre la misma: un cacito raso de polvo por cada 30 mililitros de agua. Por ejemplo, para una toma de 150 mililitros se necesitaría 150 mililitros de agua y 5 cacitos rasos de polvo. Al reconstituirlo, por tanto, la cantidad resultante es un poco superior.

¿Qué agua debo usar para preparar un biberón?

Podemos usar agua mineral de baja mineralización o bien agua potable la cual deberemos hervir durante un minuto antes de incorporar los 5 cacitos rasos de polvo. 

Antes de dar el biberón a nuestro bebé, debemos asegurarnos de que la temperatura de la leche oscila entre los 36° y 37°, similar a la temperatura de la leche materna. Debemos tener especial cuidado cuando se calienta el agua en un microondas.

¿Cómo se da un biberón?

La técnica de dar el biberón debe ser lo más parecida posible a cuando una mamá amamanta. Hay que buscar una silla que sea rígida y que tenga un soporte suficiente para que la madre o el padre estén cómodos. 

Debemos colocar a nuestro bebé en el regazo, de la misma forma que lo colocaríamos al pecho, muy cerca de nuestra piel para que puedas olernos y sentir el latido del corazón. 

Es importante asegurarnos de que nuestro niño expulsa todos los gases al finalizar la toma para asegurar su confort. En ocasiones, algunos niños realizan las tomas de forma muy ansiosa y, a veces, es necesario hacer pequeñas pausas para facilitar la expulsión de los gases y poder continuar con la toma. 

¿Cómo debe ser el biberón?

En el biberón, tanto el continente como la tetina son importantes. Las tetinas generalmente se asemejan al pezón de la madre, variando sólo el tamaño a medida que el niño crece. Lo que es importante es que el niño haga una buena prensa y sea capaz de succionar correctamente, evitando la ingesta de aire. 

¿El uso del chupete puede interferir en la lactancia artificial?

A diferencia de la lactancia materna, donde a veces podemos hacer recomendaciones específicas sobre el uso de chupetes en ciertos momentos, en la lactancia artificial no existe una competencia entre la tetina del biberón y el chupete, ya que ambas tienen una forma similar. Por lo tanto, los niños que son alimentados con biberón pueden usar chupete desde la primera semana de vida.

¿Cuáles son las principales diferencias frente al niño que recibe lactancia materna?

El crecimiento y el desarrollo de los bebés alimentados con fórmula es similar a la de los bebés amamantados.

Es común que los bebés alimentados con biberón tengan deposiciones menos frecuentes y más consistentes en comparación con los bebés que reciben lactancia materna. 

Cabe destacar que las fórmulas infantiles han mejorado en cuanto a la tolerancia digestiva. No obstante, algunos bebés pueden experimentar síntomas después de la alimentación, como incomodidad, regurgitación o lo que los padres pueden percibir como cólicos o dificultades para evacuar. En muchos casos, estos síntomas se relacionan más con la maduración del sistema digestivo del bebé que con la fórmula en sí. 

En situaciones excepcionales, si se sospecha una alergia o intolerancia a algún componente de la fórmula, es importante consultar al pediatra. En estos casos, el pediatra lo evaluará y, si es necesario, modificará la alimentación del bebé y realizará pruebas para identificar la causa del componente que esté causando el problema.

¿Es necesario esterilizar el biberón con cada toma?

En principio lo que hay que hacer es lavarlo muy bien con agua y jabón y aclararlo después de cada toma. No es necesario esterilizar el biberón todos los días, pero sí con mayor frecuencia cuanto más pequeño es el niño. A medida que el niño crece, la esterilización es menos crucial, pero se sugiere hacerlo al menos una vez a la semana con todos los productos relacionados con el bebé.

¿Se pueden dejar preparados los biberones para consumirlos horas después?

Nuestro consejo es no hacerlo. Podemos dejar preparada el agua en un termo, pero añadiendo el producto en polvo justo en el momento de la toma. Esto facilita que no se contamine y que sea homogéneo, que todo el contenido del biberón tenga la misma densidad, no haya posos en el fondo y el biberón tenga el objetivo de alimentar bien al bebé. 

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