Bebé

Medidas preventivas para la salud de nuestro bebé

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DRA. CONCEPCIÓN BONET DE LUNA
foto medidas preventivas prueba talón bebé

Vamos a resumir algunas de las actividades preventivas más relevantes que debemos conocer para garantizar la salud de nuestro bebé. 

En primer lugar, si nuestra historia familiar se caracteriza por alteraciones cromosómicas o genéticas, es importante que realicemos una consulta prenatal antes de la concepción, con el fin de conocer las probabilidades de que nuestro hijo pueda tener algún problema. 

¿Qué medidas preventivas se realizan en la maternidad?

Tras el nacimiento, se van a realizar una serie de pruebas preventivas para favorecer el correcto desarrollo del recién nacido (RN):

  • Inyección de vitamina K: a través de esta inyección se trata de prevenir la enfermedad hemorrágica del recién nacido. El hígado del RN no es capaz de fabricar inicialmente factores de coagulación, sin esta vitamina. Por ello y pese a que es poco probable que sangre, es necesario prevenir con este pinchazo.
  • Pruebas metabólicas: se realizan en el talón. Diagnostican con una muestra de sangre, la existencia de enfermedades genéticas del sistema metabólico-endocrino, que pueden ser graves para el bebé. En caso de padecer alguna de ellas, hay que conocerlas y tratarlas pronto.
  • Gotas en los ojos: se recurre al uso de colirios o antibióticos en crema, para evitar conjuntivitis graves adquiridas en el canal del parto. Si se producen, ciertos gérmenes pueden afectar permanentemente la visión. 
  • Prueba de audición: es importante cerciorarnos de que el bebé posee una correcta audición. Esta es imprescindible para el adecuado desarrollo social y psicomotor. Por ello se realizará una prueba antes de la salida de la planta de maternidad. No hay que preocuparse si hubiera que repetirla ya que son frecuentes los falsos positivos. La mayor parte de las veces al repetirlas, son normales. Pero si persisten alteradas hay que realizar otras más específicas.

¿Qué medidas preventivas recomiendan los pediatras para la vuelta a casa?

Para la vuelta a casa, los pediatras recomiendan una serie de medidas para continuar con el cuidado del bebé:

  • Sistema de sujeción homologado: es imprescindible que siempre que transportemos al bebé en el coche, sea bajo la seguridad de un sistema de sujeción homologado, acorde a su tamaño. 
  • Buena ventilación: debemos asegurarnos de que nuestra casa cuenta con una buena ventilación, para garantizar que el aire esté lo más libre de virus posible. En el caso de padres fumadores, si no es posible abandonar este hábito, se aconseja fumar siempre fuera de casa. 
  • Suministrar vitamina D: ni la leche materna, ni la artificial cuentan con un aporte suficiente de vitamina D. Por tanto es recomendable administrar esta vitamina todos los días durante el primer año de vida del bebé. Unas 400UI /día son en general suficientes.
  • No dejar solo al bebé: no debemos confiarnos puesto que aunque parece que no se mueven, si lo hacen. Puede haber graves problemas derivados de las caídas, sobre todo si son de altura.
  • Colecho: Es un tema controvertido en la literatura médica, si solo se tiene en cuenta la posibilidad de sofocar sin querer al niño. Hoy en día, se conoce que facilita el apego por el mayor contacto físico. Además favorece la lactancia materna. Se pueden salvar el mayor número de valores, siempre que no durmamos con el bebé en un sofá. Tampoco es aconsejable hacerlo en la misma cama, si hemos consumido alcohol u otras drogas, o hemos ingerido medicamentos para dormir.
  • Temperatura del baño: debemos verificar la temperatura del agua antes de introducir al bebé en la bañera. Muchas bañeras modernas incluyen termómetros que nos indican la temperatura del agua. También podemos guiarnos de nuestra percepción metiendo el codo en el agua, como hacían nuestras madres/abuelas.
  • Uso del biberón: si decidimos recurrir a lactancia artificial es importante que lo preparemos bien. Empezaremos añadiendo el agua a temperatura ambiente antes que el polvo. De esta forma no sobrecargaremos de solutos la leche. Esto puede ocurrir, si ponemos el polvo antes que el agua. El riñón de un RN tolera mal las sobrecargas de iones (solutos). Por ello, las dosis habituales de leche en polvo son un cacito raso, por cada 30 ml de agua, poniendo siempre ésta antes, bien medida en el biberón.
  • Lavados nasales:  A los bebés  les incomodan mucho los lavados nasales. Si los vamos a realizar, es importante que antes de aplicar el suero nos aseguremos que tiene una temperatura tibia. Solo haremos lavados nasales si la congestión les impide comer o dormir ya que ellos solos no saben sonarse.

Es muy frecuente que los padres se inquieten ante la aparición de mocos o hipo. Sin embargo, en la mayoría de los casos no suponen ninguna alarma. Los bebés hacen muchos ruidos con la nariz y la garganta. Forma parte de su vía de comunicación. Parecen “el señor de los ruidillos”.

¿En qué consiste la prevención a través de las vacunas?

La mortalidad infantil ha bajado en gran medida gracias a las vacunas, al agua potable y a una mejor alimentación. Sin embargo, no debemos achacar esta disminución a la desaparición de las enfermedades que la causaban, sino a la prevención que hemos logrado a través de las vacunas. Especialmente debemos prestar atención a las que contempla el calendario oficial de vacunación, ya que previenen enfermedades que pueden ser muy graves. 

La decisión de no vacunar a un hijo, puede derivar de la creencia de que las vacunas tienen efectos secundarios que superan los beneficios. Esto no es así. Todo lo contrario.

Es importante insistir, que no se ha demostrado que las vacunas produzcan autismo. Ni lo producen, ni están relacionadas con él. Hay muchísima bibliografía basada en evidencia al respecto.

A algunos padres les da miedo poner tantas vacunas a la vez. Tampoco se ha demostrado que esto produzca problemas. De producirlos, suelen ser molestias temporales leves.

Es cierto que algunas vacunas de virus vivos, pueden producir de forma atenuada la enfermedad. Sin embargo, la probabilidad de padecer una complicación de una enfermedad por vacuna es mil veces menor que la posibilidad de padecerla de forma natural. Y cuando se produce es menos grave.

La mayor parte de las vacunas no contienen el virus completo. En nuestro país, los virus de la triple vírica (sarampión, rubéola y paperas), la varicela y la gripe se combaten con vacunas que contienen estos virus vivos, pero atenuados.

Las vacunas inducen una respuesta inmunitaria en el cuerpo que producirá “memoria inmunológica”, para atacar a los agentes infecciosos que encontraremos posteriormente. Pero en la respuesta corporal a las vacunas se pueden producir llanto, irritabilidad, fiebre y/o malestar. Si vemos que nuestro bebé tiene fiebre, está irritable o decaído podemos recurrir a antitérmicos. Y de estos en menores de 6 meses, se recomienda el paracetamol. Solo utilizaremos paracetamol profiláctico, es decir de manera preventiva (antes de vacunarle o inmediatamente después), con la vacuna del meningococo B  (denominada Bexsero en nuestro país). Con el resto de vacunas solo daremos medicación, si aparecen estos efectos y no de forma profiláctica.

Es importante que seamos serios y consecuentes continuando con esta práctica de inmunización. Es un derecho de los niños poder vivir correctamente vacunados y libres de enfermedades infecciosas graves, pero prevenibles. Quizá nos podamos permitir el lujo de dudar del beneficio de las vacunas porque gracias a ellas, muchas enfermedades que mataban niños antaño ya prácticamente no se ven. Pero en los países en desarrollo con menos coberturas vacunales, la mortalidad infantil sigue siendo alta.

Para finalizar, comentar algo sobre la muerte súbita infantil. Hace muchos años, para prevenir esta situación dramática, se recomendó que los niños pasaran de dormir boca abajo a hacerlo boca arriba. Este cambio postural, disminuyó la incidencia de muerte súbita de forma evidente en todo el mundo.

Sin embargo, a raíz de esta nueva postura, los pediatras estamos viendo que muchos bebés, no pasan por la fase del gateo, que para algunos rehabilitadores y fisioterapeutas es un hito importante. 

Por ello, y para poder compatibilizar un mejor desarrollo psicomotriz, sin aumentar el riesgo, puede recomendarse que se coloque al bebé boca abajo cuando esté vigilado. Es decir, que  siempre que el niño esté solo, duerma boca arriba. Pero que cuando cuente con nuestra supervisión lo haga boca abajo, ya que la representación cerebral del cuerpo es ventral. Esta postura boca abajo en la cuna y en el suelo (para jugar cuando son más mayores) favorece un mejor desarrollo y produce menos moldeamiento de la parte posterior de la cabeza (aplanamiento del hueso occipital). 

En resumen: que duerman si están solos boca arriba y que vivan vigilados todo lo que puedan boca abajo.  

Puedes acceder al resto de los consejos de la Dra. Bonet y aprender con mayor profundidad sobre la salud del recién nacido en nuestro Curso de Atención y Cuidados del Recién Nacido.

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