Durante el embarazo, es inevitable que aparezcan síntomas asociados a esta etapa que generan malestar. Por ello, queremos explicaros cuáles son los síntomas más comunes asociados a cada trimestre y cómo podemos aliviarlos, para que de esta forma afrontéis esta etapa de la mejor manera posible.
El primer trimestre de embarazo se va a caracterizar por síntomas asociados a los cambios hormonales que experimentamos durante esta etapa.
Uno de los primeros signos y el más determinante a la hora de plantearnos que la gestación ha ocurrido suele ser la ausencia de menstruación. Sin embargo, el síntoma más frecuente para la mayoría de las embarazadas es la presencia de náuseas, a menudo acompañadas de vómitos, debido al aumento de la hormona beta HCG, propia del embarazo.
Estas náuseas, que afectan alrededor del 75%-80% de las mujeres embarazadas, suelen manifestarse principalmente por las mañanas a partir de la sexta semana de gestación, alcanzando su punto máximo entre las ocho y diez semanas. La mayoría cede a partir de la semana 12.
¿Cómo podemos disminuir o paliar estos síntomas de náuseas? La recomendación es realizar comidas frecuentes de pequeñas cantidades, preferiblemente con alimentos fríos o templados, y explorar qué alimentos generan menos malestar. Además, cabe destacar los beneficios del uso del jengibre, el cual podemos encontrarlo en diferentes presentaciones y va a ayudarnos a controlar estos síntomas.
En caso de que las náuseas sean persistentes y no se puedan controlar con facilidad, se recomienda consultar con el médico, ya que existen opciones seguras para el alivio de estos síntomas durante el embarazo.
La polaquiuria, o aumento en el número de micciones, es otro síntoma común debido a la presión del útero en crecimiento sobre la vejiga. Aunque puede afectar tanto de día como de noche, se considera normal siempre que no se acompañe de dolor, persistencia de necesidad de continuar con la micción y no poder, o sangrado al orinar.
El dolor abdominal, similar al de la menstruación, es otro síntoma habitual. Se considera normal, siempre que sea leve, no se acompañe de sangrado vaginal y no sea persistente. Sin embargo, se aconseja consultar con el médico si hay dolor intenso o presencia de sangrado.
Por otro lado, podemos experimentar dolor mamario, junto con sensación de tensión. Esto se produce como respuesta a los cambios hormonales continuos que sufrimos durante el embarazo. Aunque el dolor puede disminuir con el tiempo, el volumen mamario tiende a aumentar progresivamente durante todo el primer trimestre y en adelante.
Estos síntomas forman parte del proceso gestacional y, en general, tienden a disminuir a medida que avanza el embarazo.
Durante el segundo trimestre de la gestación, los síntomas más característicos se atribuyen principalmente a la progresiva elevación de los niveles de estrógenos y progesterona. El aumento de la vascularización, impulsado por los niveles de estrógenos, no sólo beneficia al útero en crecimiento, sino que también afecta a otros órganos, manifestándose en síntomas típicos de esta etapa.
Además, se tiene a experimentar un incremento en la frecuencia de epistaxis. Estos son sangrados espontáneos nasales, que son generalmente leves y autolimitados debido no solo al aumento de la vascularización sino también a los cambios en el sistema de coagulación de la embarazada, adaptado para minimizar el sangrado durante el parto.
La congestión nasal, conocida como rinitis vasomotora del embarazo, es común durante esta etapa y no está relacionada con alergias. Para tratarla se recomiendan los lavados nasales con suero fisiológico.
En la mucosa oral, se pueden experimentar sangrados leves durante el cepillado, y en algunos casos, puede surgir la aparición de lesiones llamadas épulis en las encías, los cuales se tratan de pequeños quistes o nódulos que desaparecen en su mayoría tras el embarazo sin necesidad de intervención quirúrgica.
El aumento de flujo vaginal, como resultado de una mayor vascularización de la mucosa vaginal, es normal siempre y cuando no presente molestias adicionales.
Por otro lado, la elevación de los niveles de progesterona induce la relajación muscular, generando síntomas a nivel del tracto gastrointestinal, como digestiones más lentas, distensión abdominal y estreñimiento.
¿Qué os aconsejamos para el control del estreñimiento? Se recomienda mantener una buena hidratación, realizar actividad física y consumir alimentos ricos en fibra. En casos donde estos métodos no surtan efecto, se aconseja consultar con el médico, para que nos recomienden soluciones compatibles con el embarazo.
El reflujo gastroesofágico es otro síntoma común, causado por la relajación del cardias. Para paliarlo debemos realizar comidas más frecuentes pero en pequeñas cantidades, identificar aquellos alimentos que desencadenan el malestar y evitar acostarnos inmediatamente después de comer.
La relajación de la musculatura respiratoria debido a la progesterona puede ocasionar sensación de fatiga, disnea y palpitaciones. Estos síntomas son normales, siempre y cuando sean breves y no estén acompañados de otros signos de alarma. Sin embargo, cualquier síntoma inusual debemos consultarlo con nuestro médico.
Por último, algunas mujeres pueden comenzar a producir calostro, la primera leche producida por el pecho, alrededor del cuarto mes de embarazo, siendo esto considerado completamente normal.
Estos son los síntomas más frecuentes en el segundo trimestre de la gestación.
Durante el tercer trimestre de gestación, los síntomas más prevalentes están vinculados a la elevación progresiva de los niveles de progesterona, intensificando la relajación de la musculatura lisa, como ya hemos comentado en los síntomas del segundo trimestre. Esta relajación, combinada con el aumento del gasto cardíaco, y por tanto, el consiguiente volumen sanguíneo que manejamos durante el embarazo, conlleva a una dilatación en el sistema venoso.
Uno de los síntomas asociados a esto es la presencia de edemas en los miembros inferiores, manifestados como hinchazón en tobillos y pies, especialmente al final del día. Es recomendable que equilibremos la actividad física con el reposo, levantando las piernas al final del día y aplicando masajes de drenaje para facilitar el retorno venoso.
El síndrome del túnel del carpo, relacionado con la compresión de nervios en la muñeca debido al edema, puede causar hormigueo, pérdida de sensibilidad e incluso pérdida de fuerza. El uso de férulas nocturnas puede aliviar los síntomas, pero ante casos severos debemos consultar con el médico.
Otros síntomas asociados incluyen hemorroides y varices vulvares caracterizados por hinchazón y sensación de inflamación en la zona genital. ¿Cómo podemos controlar y aliviar las hemorroides? Principalmente aliviando el estreñimiento. Para ello debemos aplicar los mismos consejos que hemos explicado en los síntomas el segundo trimestre: estar bien hidratadas, mantener una rutina activa de movimiento y consumir alimentos ricos en fibra. Si aún así, no logramos controlar estos síntomas, el médico puede recetarnos tratamientos tópicos para el alivio de los síntomas.
El dolor lumbar, se produce como resultado del aumento del volumen uterino y la posición forzada de la espalda. Para poder aliviarlo debemos practicar ejercicios de fortalecimiento y estiramientos practicando ejercicios como yoga o pilates.
La polaquiuria reaparece en este trimestre debido al descenso de la cabeza fetal hacia la pelvis, generando la sensación de querer ir al baño con mayor frecuencia. Los calambres nocturnos y la dificultad para conciliar el sueño también son comunes, pudiendo ser controlados con suplementos de magnesio.
Por otro lado, también podemos encontrar cambios en la piel, como la aparición de estrías, aumento en la pigmentación de lunares y la presencia de arañas vasculares. Todos estos cambios vamos a considerarlos normales, salvo que alguno adquiera un color que especialmente nos llame la atención. En este caso, debemos consultarlo con el médico.
También se van a colorear otras zonas como la línea alba, que es la línea media a nivel abdominal, el pubis, las areolas y el clásico cloasma gravídico, que es el aumento de la pigmentación de las mejillas de las embarazadas.
Además, podemos comenzar a experimentar las contracciones de Braxton Hicks, las cuales nos preparan para el parto. ¿A qué contracciones debemos prestar atención? Debemos prestar atención a aquellas contracciones que sean regulares y se acompañan de dolor o sangrado. Si experimentamos estos síntomas debemos consultar con nuestro médico.
La sensación de aumento de presión suprapúbica se debe al encaje de la cabeza fetal en la pelvis, generando calambres tanto por encima del pubis como en la región vaginal, siendo esto considerado normal.
Estos son los síntomas más comunes en el tercer trimestre del embarazo.
Como hemos visto, los síntomas durante el embarazo son inevitables, debido a todos los cambios que nuestro cuerpo experimenta durante esta etapa. No obstante, siguiendo las indicaciones de nuestro médico y conociendo estos consejos podremos hacerles frente y afrontar esta etapa de la manera más liviana posible. ¡Ánimo!
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